La gestión y uso eficiente del agua continúa siendo uno de los tantos desafíos a los que se enfrentan países desarrollados y en desarrollo, principalmente en un contexto en el que la población crece a un ritmo acelerado y con ello la demanda de bienes y servicios, aunado a la degradación de los ecosistemas y efectos del cambio climático. Esta situación apremia que diversos actores de diferentes ámbitos (público, privado y científico) y, de manera multidisciplinaria, se involucren en el fomento y desarrollo de soluciones para asegurar el manejo adecuado y el aprovechamiento de este recurso finito.