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Gabriela Cuevas Orden del Día 21 de julio de 2009

I. ¿Tecnología aprovechada? Hace 40 años el hombre llegó a la luna, hazaña que hoy no parece tan difícil como en aquel tiempo debido a que el avance tecnológico, sobre todo en los países de primer mundo, ha sido acelerado.

Sin embargo, no todos los países corren con la misma suerte. Aún existe una amplia brecha tecnológica entre los desarrollados y los que están en vías de desarrollo; no obstante, de acuerdo con el Banco Mundial, gracias a la rápida difusión de las diversas tecnologías, estos países han tenido un progreso económico propiciado por la adopción de herramientas tecnológicas ya existentes.

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El aprovechamiento de la tecnología no sólo debe ser aplicado en el sector servicios (como en la telefonía, entretenimiento o difusión), sino que debe ser dirigida al desarrollo de sectores como el agropecuario, industrial, educativo, salud e incluso al ecológico, con lo que los países en vías de desarrollo generarán nuevas oportunidades para distintos sectores de la sociedad, mismas que se traducirán en un crecimiento económico.
II. ¿Competencia tecnológica?

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Nuestro país no se queda atrás en el uso de la tecnología: resultados de la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares, elaborada por el INEGI, revelan que 34% de la población usa la computadora, siendo que 58% la utiliza para apoyo escolar, 30% para comunicación y 29% para entretenerse; siendo además el comercio y la industria manufacturera los sectores que más utilizan herramientas tecnológicas.
Este desarrollo tecnológico tiene que ser aprovechado para volver competitivo a México, ya que no se trata de importar nuevos instrumentos, sino el objetivo primordial debe ser innovar en herramientas que permitan un desarrollo sustentable para la vida de los mexicanos.
III. ¿México tecnológico?

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Una de las metas para nuestro país debe ser potenciar sus actividades a través de la creación de tecnología propia, impulsándola como uno de los motores para el crecimiento y desarrollo económicos. México solamente invierte 0.4% del PIB para ciencia y tecnología, muy por debajo de lo que invierten los países miembros de la OCDE.

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Por lo tanto, enfrentamos retos importantes con miras al futuro, uno de ellos es mejorar el entorno en que la ciencia y la tecnología se desenvuelven, además de la generación de incentivos que permitan su desarrollo, por lo que destinar mayor presupuesto a este rubro deberá ser una prioridad en la próxima Legislatura de la Cámara de Diputados.