Las torres de los templos San Luis Rey de Francia y del Señor del Quejido sobresalen de las aguas de la presa Taxhimay, la cual acabó con San Luis de las Peras, cuyos pobladores de origen otomí viven en la orilla de esta cuenca y buscan sobrevivir del incipiente turismo que llega a este lugar de pesca, con gran historia pero carente de fuentes de empleo.