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Sociedad del conocimiento Tecnocultura, educación y ciudad

Tecnocultura, educación y ciudad

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Armando Silva

La ciudad digital existe al mismo tiempo con la física, construyendo entre ambas nuevas maneras de espacio público, sociedades del conocimiento e ideales de futuro. Ya no podremos seguir argumentando que lo virtual sea algo distinto de la realidad. Vivimos cada día más en entornos construidos con tecnologías virtuales, desde las cuales comunicamos, compramos, trabajamos y, en fin, vivimos.

En estadísticas divulgadas por la Children's Digital Media, se acaba de comprobar que los niños menores de 6 años de Estados Unidos pasan dos horas diarias usando pantallas, lo que coincide con el mismo tiempo que pasan en la calle. El analista A. Piscitelli ve en ello la consolidación de una generación que nació alrededor de los años 90, los nativos digitales: aquellos que se introducen a los medios a través de intermediarios digitales (computador, videogames...) y no por el papel o la imprenta.

La reforma de la educación superior que adelanta el Gobierno no hace énfasis en la tecnología y más bien reconoce que habrá educación privada con ánimo de lucro y mayor transferencia de fondos a las públicas. Invertir en tecnología con ese nuevo dinero debería ser prioritario. Cada universidad debería crear un espacio-red de prácticas y culturas digitales, lo que ayuda a comprender cómo desenvolverse en las sociedades de hoy.

Proponer nodos de estudio, como nuevas identidades, formación de avatares, usos del lenguaje o fenómenos de inclusión o exclusión, es fundamental para saber de la sociedad colombiana, que para este mismo gobierno llagará a su final con 8 millones de conectados a banda ancha. Temas como la universidad expandida, ética de las comunicaciones digitales o trabajo desde la red son vitales para el actual momento. Ya no se trata de seguir coreando una sociedad global que nos envuelve como a consumidores pasivos, sino en revelar casos concretos.

En la carrera por la alcaldía de Bogotá no hemos escuchado a algún candidato tomar la tecnología como bandera de su gobierno. Dejó de ser cierto lo que se dijo en algún momento de 'ciudades globales' para referirse a las de gran desarrollo económico y adonde llegaban inmigrantes de todo el mundo. Lo global se entiende mejor ahora como tecnocultura y a todos nos toca.

La ciudad digital existe al mismo tiempo con la física, construyendo entre ambas nuevas maneras de espacio público, sociedades del conocimiento e ideales de futuro. La ciudad real se está transformando a diferentes niveles desde la otra digital a partir de introducción de hábitos derivados del uso de nuevos dispositivos tecnológicos. Y a comprender y a dimensionar esto debe apuntar un programa de gobierno urbano.

Fuente: El tiempo