Día mundial de los árboles 2024, pulmones de nuestro planeta

Las virtudes de los árboles son inconmensurables: de ellos es posible obtener su fruto, su sombra y abrigo claro está, pero también otros servicios ambientales. De acuerdo con datos de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), los árboles proporcionan a los hogares rurales de los países en desarrollo cerca del 20% de sus ingresos y a una de cada tres personas en el mundo sirven como combustible para cocinar y calentarse.¹

Para celebrar la importancia de estos seres vitales para la humanidad y el planeta, el Congreso Forestal Mundial proclamó el 28 de junio como el Día Mundial del Árbol con el fin de sensibilizar a la población sobre la necesidad de conservar las superficies arboladas a escala global.

De acuerdo con el Instituto de Ecología A.C., al menos la tercera parte de las especies vegetales del planeta son árboles. Se calcula que en el mundo existen 3 trillones de especies de árboles, de los cuales casi la mitad crece en los bosques tropicales también conocidos como selvas, donde pueden alcanzar alturas de hasta cien metros o más.²

En México, un estudio publicado por el Departamento de Botánica del Instituto de Biología de la UNAM, a partir de bases de datos y herbarios de todas las plantas del país, determinó que existen al menos 23 mil 500 especies vegetales, de las cuales al menos 4 mil 200 son arbóreas.³

El “dosel”, como se denomina al conjunto de las copas de los árboles, es un ambiente poco conocido. En él tiene lugar un intrincado tejido de interacciones de plantas y animales. Algunos de ellos ocupan los árboles durante una parte de su ciclo de vida, o incluso durante toda su vida, sin nunca tocar el suelo. Por ejemplo, monos, osos perezosos, águilas harpías, tucanes, ranas y serpientes, así como una incalculable diversidad de insectos.

Las copas de los árboles recogen también el agua de lluvia que se desliza entre sus hojas, ramas y tronco hasta alcanzar el suelo y humedecerlo, mientras el agua se filtra hasta las raíces para nutrir toda la vegetación.

Árboles y plantas evitan los escurrimientos excesivos que pueden arrastrar la tierra fértil. Donde no hay árboles, vegetación u hojarasca, la lluvia golpea directamente el suelo, erosionándolo. De acuerdo con cifras de la FAO, cada cinco segundos se erosiona una superficie de suelo equivalente a un campo de futbol. Sin embargo, se requieren 1.000 años para generar 3 centímetros de tierra vegetal, la capa más superficial del suelo.

Los árboles y las plantas, a diferencia de los animales, producen su propio alimento. Gracias a la energía de la luz, convierten el dióxido de carbono (CO2) del aire, el agua y los minerales del suelo en azúcares. Como resultado de este proceso, los árboles y las plantas liberan el oxígeno que respiramos y reducen de esta forma el efecto invernadero en la atmósfera, contribuyendo a mitigar el cambio climático.

En efecto, los árboles ayudan a regular el clima, contribuyen a disipar el calor de la atmósfera a través de la transpiración, reducen la velocidad del viento y proporcionan sombra. En las ciudades los árboles reducen el volumen y la velocidad del agua que cae durante la temporada de lluvias, evitando daños por inundaciones. Las raíces de los árboles permiten la filtración del agua hacia el subsuelo, con lo que se evita su acumulación en las calles.

Por último, pero no menos importante: la existencia de árboles y vegetación en las casas y las ciudades permite disminuir el estrés en las personas y, por tanto, coadyuvar a una mejor salud física y mental. Existen investigaciones que muestran cómo en entornos laborales y de estudio donde hay plantas y árboles, la gente tiene una mayor sensación de bienestar físico y equilibrio emocional.

Los árboles y los bosques constituyen activos valiosos que pueden contribuir a la creación de economías locales más resilientes. El informe de la FAO Estado de los bosques del mundo 2022. Vías forestales hacia la recuperación verde y la creación de economías inclusivas, resilientes y sostenibles, plantea tres vías encaminadas a lograr sistemas agroalimentarios más eficientes basados en los bosques y los árboles: detener la deforestación y conservar los bosques, restaurar las tierras degradadas y ampliar la agroforestería; utilizar los bosques de manera sostenible y crear cadenas de valor verdes.

 

Referencias

¹https://www.fao.org/statistics/es/  

²“Una frontera desconocida: la copa de los árboles”, Reuber Antoniazzi & Wesley Dáttilo, Instituto de Ecología (Inecol), AC.

³https://www.gaceta.unam.mx/los-arboles-fundamentales-para-la-vida-en-el-planeta/

https://www.fao.org/about/meetings/soil-erosion-symposium/key-messages/es/

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