¿Dengue, paludismo? ¿Es lo mismo?
Estas enfermedades se relacionan con el agua. Suelen confundirse por síntomas que se presentan; sin embargo, es importante conocer acerca de ellas la sintomatología específica y dónde se originan, así como tomar medidas de prevención y cuidados necesarios.
El dengue es una infección vírica, transmitida por la picadura de las hembras infectadas de mosquitos del género Aedes aegypty. Hay cuatro serotipos de virus del dengue (DEN 1, DEN 2, DEN 3 y DEN 4). Los síntomas aparecen de 3 a 14 días (en promedio de cuatro a siete días) después de la picadura infectiva. El dengue afecta a lactantes, niños pequeños y adultos.
Los síntomas que se presentan siempre son los siguientes: dolor de cabeza, dolor de ojos, fiebre alta, dolor de las articulaciones y muscular. En el dengue clásico también se puede presentar fiebre repentina de siete días, y a veces salpullido y sangrado.
En el dengue hemorrágico, además de los síntomas típicos, puede haber uno o más de los siguientes: fiebre repentina de siete días, sangrado de diferentes partes del cuerpo, fuerte dolor abdominal, enrojecimiento e inflamación en la cara, vómito y/o diarrea, alteración de la presión, falta de apetito, palidez, sudoración y sueño.
No hay ningún tratamiento específico contra el dengue. El dengue grave es una complicación potencialmente mortal, pero su diagnóstico clínico precoz, y una atención clínica cuidadosa por personal médico y de enfermería experimentado suele salvar la vida de los pacientes.
En cambio, el paludismo es causado por un protozoario parásito del género denominado Plasmodium, que se transmite a través de la picadura de mosquitos infectados. En el organismo humano, los parásitos se multiplican en el hígado y después infectan los glóbulos rojos.
Entre los síntomas del paludismo destacan la fiebre, las cefaleas y los vómitos, que por lo general aparecen de 10 a 15 días después de la picadura del mosquito. Si no se trata, el paludismo puede poner en peligro la vida del paciente en poco tiempo, pues altera el aporte de sangre a órganos vitales. En muchas zonas del mundo, los parásitos se han vuelto resistentes a varios antipalúdicos.
Entre las intervenciones fundamentales para controlarlo se encuentran un tratamiento médico rápido y eficaz, el uso de mosquiteros impregnados en insecticida y la fumigación de los espacios cerrados con insecticidas de acción residual, a fin de controlar los mosquitos vectores.
¡No tengas cacharros a la intemperie que puedan llenarse de agua y provocar la proliferación de mosquitos!
Puedes ingresar a estas ligas para conocer más sobre el tema:
http://www.who.int/features/qa/54/es/index.html
http://www.who.int/topics/malaria/es/
http://www.insp.mx/images/stories/INSP/Docs/cts/120409_cts.pdf
http://www.saludcolima.gob.mx/
Visita el video del Dr. Cocovacunas y el escuadrón caza-maromeros contra los moscos del dengue:
