Organizaciones Locales del Agua: justicia y equidad hídricas en ámbitos rurales y urbanos.
El Día Mundial de la Justicia Social se celebra año con año el 20 de febrero. Proclamado por la Asamblea General de las Naciones Unidas, este día tiene por objetivo promover actividades para erradicar la pobreza y promover el empleo digno, la igualdad entre los sexos y el acceso al bienestar y a la justicia social.
El tema de este año se centra en las recomendaciones de la Agenda de Trabajo Decente, adoptada por los Estados Miembros en 2008 bajo el lema “Superar barreras y desbloquear oportunidades para la justicia social”.
Las crisis económicas y sociales de los últimos años se han visto agravadas por las consecuencias de la pandemia de COVID-19, los desastres naturales resultantes de la aceleración del cambio climático, las tensiones geopolíticas y los conflictos armados. Sus efectos en el mundo han retrasado considerablemente, o incluso revertido, los avances hacia la justicia social de los años prepandemia.
De acuerdo con el Banco Mundial, el impacto económico de la pandemia ocasionó que la pobreza aumentara por primera vez desde 1990 y, en algunas regiones, sus efectos adversos causaron niveles de pobreza similares a los registrados hace 30 años.
Según el organismo internacional, se proyectaba que el índice global de pobreza disminuiría al 8.2 por ciento en 2019, pero debido al COVID-19 las proyecciones estimaron un aumento en el índice de pobreza global del 8.8 por ciento (escenario base) y del 9.2 por ciento (escenario desfavorable) en 2020. En el escenario más extremo, el número de personas que viven en la pobreza podría haber aumentado a entre 420 y 580 millones de nuevos pobres.¹
Derecho humano al agua
Más allá del concepto tradicional de justicia legal, la justicia social se basa en la igualdad de oportunidades y derechos humanos. La justicia social es imprescindible para que todas las personas puedan desarrollar su máximo potencial y para construir sociedades con paz y progreso.
Una primera dimensión de la justicia social radica en los derechos humanos universales. Éstos incluyen, entre otros derechos inalienables, los derechos humanos al agua y al saneamiento y el ejercicio efectivo de estos derechos a través del acceso a servicios de agua potable y drenaje, necesarios para garantizar la dignidad humana y el pleno desarrollo de los individuos.
En México los municipios tienen a su cargo el servicio público de agua potable, tratamiento y disposición de aguas residuales. Sin embargo, en algunos lugares las comunidades rurales, indígenas, urbanas y periurbanas se han organizado en comités, juntas y patronatos de agua para acceder al vital líquido.
El IMTA, a través del proyecto “Caracterización y fortalecimiento de las Organizaciones Locales del Agua” de la Subcoordinación de Participación Ciudadana y Derechos Humanos (SPCDDHH), desarrolla una línea de investigación que busca, a través de un proceso permanente de investigación y análisis, incrementar el conocimiento y comprensión de las Organizaciones Locales del Agua (OLA) en México, visualizándolas como actores clave en el manejo territorial del recurso.
Desde 2020 la SPCDDHH desarrolla un proyecto de largo aliento con base en herramientas de recopilación de datos, cualitativos y cuantitativos. Este proyecto nace de la necesidad de hacer visible la labor de las organizaciones que localmente manejan sistemas de agua para uso doméstico y consumo humano, en ocasiones de manera autónoma e independiente de las instancias de gobierno (organismos operadores de agua).
Las OLA se definen como un conjunto de personas pertenecientes a un determinado territorio, que se organizan para obtener, administrar y/o distribuir agua para uso doméstico, a sus poblaciones, barrios o colonias. Se les encuentra en todo el país, en ámbitos rurales, urbanos y periurbanos; pueden tener diferentes nombres como comité, junta o patronato, entre otros.
Las OLA varían en su número de integrantes y en la forma como se organizan para el manejo del agua. Sus miembros generalmente realizan un trabajo honorífico, autogestivo y sin fines de lucro. Su forma organizativa está sustentada en la participación, a través de acuerdos colectivos que suelen tener como soporte la asamblea para la toma de decisiones, y presentan una estructura de organización de corte horizontal no burocratizada.
Entre las actividades que se han llevado a cabo en el marco de este proyecto, en 2022 se realizó en las instalaciones del IMTA un taller diagnóstico participativo con la presencia de diez OLA de los municipios de Emiliano Zapata y Jiutepec, en el estado de Morelos. En 2023, un grupo de investigadores multidisciplinarios del IMTA brindó asesoramiento a la comunidad Cuachizolotera del municipio de Atlatlaucan, Morelos.
Como producto de este esfuerzo institucional, se ha conformado un Sistema de Información de Organizaciones Locales de Agua en México, que se irá nutriendo y actualizando de manera permanente. Asimismo, se ha desarrollado un sitio web, una herramienta de consulta pública, abierta y gratuita que permite conocer, recopilar y compartir información actualizada de las OLA en México.
La justicia hídrica tiene que ver con la equidad en el reparto y ésta no se puede pensar fuera de las organizaciones locales del agua, que son las que conocen las necesidades de sus comunidades. El trabajo del IMTA visibiliza y pone en valor la gestión independiente del agua que llevan a cabo las OLA. Además, el proceso de fortalecimiento que se intenta hacer con ellas permite afianzar las acciones que han desarrollado desde hace décadas y con ello garantizar el acceso al agua para las personas más pobres de las localidades más alejadas, las de zonas rurales y de difícil acceso.
Organizaciones Locales de Agua: equidad y justicia hídricas.Referencias