El 26 de enero se celebra en todo el mundo el Día de la Educación Ambiental, con la finalidad de crear conciencia y sensibilizar a las personas acerca de la importancia de proteger y preservar el medio ambiente, así como incentivar su participación en las iniciativas que se llevan a cabo para su conservación.
Fue en 1975 cuando se celebró la Conferencia Internacional sobre Educación Ambiental en Belgrado, en la entonces Yugoslavia, donde se establecieron los principios fundamentales de la educación ambiental. Este hecho marcó el inicio de la educación ambiental como un movimiento global con el objetivo de generar una conciencia clara de la interdependencia entre los sistemas económicos, sociales, políticos y ecológicos.
En la actualidad, aunque existen diferentes definiciones que reflejan la diversidad de enfoques en la educación ambiental, todas enfatizan la importancia de la conciencia y la acción ambiental. De acuerdo con la UNESCO, la educación ambiental se define como un proceso que permite a los individuos explorar problemas ambientales, participar en su solución y actuar para mejorar el medio ambiente.¹
Prepararse para los desafíos ambientales del mañana
Como parte de un proceso de previsión estratégica y de exploración del horizonte con vistas a desarrollar una cultura de anticipación y orientación hacia el futuro, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), en colaboración con el Consejo Científico Internacional, elaboró en 2024 el informe “Navegando hacia nuevos horizontes: un informe prospectivo global sobre la salud planetaria y el bienestar humano”.
El informe insta al mundo a prestar atención y responder a una serie de desafíos emergentes que podrían perturbar la salud y el bienestar planetarios. De acuerdo con este informe, en la época actual están ocurriendo ocho cambios mundiales críticos que se suman a la triple crisis planetaria que ya vivíamos ocasionada por el cambio climático, la pérdida de biodiversidad y naturaleza y la contaminación y los desechos.
Estos cambios mundiales son: la relación humanidad-medio ambiente en constante cambio; recursos críticos, escasez y dinámicas globales cambiantes; la Inteligencia Artificial, transformación digital y tecnología; una nueva era de conflictos; desplazamientos masivos forzados; desigualdades persistentes y ampliadas; desinformación, desconfianza y polarización de la sociedad; policentricidad y difusión de la gobernanza.
El informe advierte que el mundo está ya al borde de lo que podría denominarse “policrisis”, en la que las crisis mundiales no sólo se amplifican y aceleran, sino que también parecen sincronizarse.
Como se ha visto en los últimos años, incluso perturbaciones o circunstancias aparentemente improbables o lejanas -por ejemplo, el COVID-19, la invasión en Ucrania por la Federación de Rusia, los grandes conflictos y desplazamientos masivos en Gaza y Sudán, la crisis energética mundial y la crisis del costo de la vida- pueden convertirse rápidamente en realidad y afectar a todo el mundo. Por eso es primordial prestar atención a las señales de cambio, incluidas las más débiles, con vistas a anticiparse a las perturbaciones y reducir al mínimo sus efectos adversos.
La buena noticia es que, al igual que el impacto de las crisis múltiples se agrava cuando están vinculadas, lo mismo ocurre con las soluciones. El gran desafío consiste en cambiar el impulso desde el borde de la policrisis a la poliestabilidad. Al decir de los especialistas del PNUMA, “la clave para un futuro mejor es centrarse en la equidad intergeneracional y en un nuevo contrato social que refuerce los valores compartidos que nos unen en lugar de dividirnos”.²
Un nuevo contrato social implica un cambio transformador en todos los factores y paradigmas tecnológicos, económicos y sociales, así como en los objetivos colectivos. Como parte de ese cambio, por demás urgente e imprescindible, la educación ambiental desempeña un papel clave en la construcción de un futuro a favor de sociedades más justas y sostenibles.
Cátedra UNESCO-IMTA: acciones por la alfabetización ambiental
A través de la Cátedra UNESCO-IMTA, el Instituto cumple con el objetivo de diseminar el conocimiento del agua a los diversos sectores de la sociedad con el fin de contribuir a la justicia hídrica y el desarrollo con sustentabilidad.
En este sentido, algunas de las actividades que lleva a cabo el IMTA son los espacios de difusión del conocimiento con especialistas en materia de agua y medio ambiente a través de las plataformas digitales del Instituto (Facebook, X, Youtube e Instagram); los espacios de divulgación desde la nube con el objetivo de generar y compartir conocimiento hídrico para crear capacidades en jóvenes y niños en temas de agua y medio ambiente; las ferias de ciencias en las que se comparten publicaciones, imparten charlas y demostraciones para la comunidad académica y el público en general.
Asimismo, el IMTA produce contenidos educativos, como libros, videos y notas sobre temas del agua y medio ambiente que se publican regularmente en “Atl”, el portal de la Cátedra UNESCO-IMTA y las ya mencionadas plataformas digitales del Instituto. Por ejemplo, con el propósito de divulgar y fomentar la gestión sustentable del agua en los centros de enseñanza, el Instituto ha puesto a disposición de la comunidad escolar y público en general una serie de manuales acompañados de cursos virtuales sobre ecotecnias del agua para escuelas, de fácil instalación y apropiación, que pueden ser aplicadas sobre todo en planteles escolares de zonas periurbanas y rurales.
Como Centro Público de Investigación, el IMTA abre sus puertas a grupos de estudiantes, especialmente universitarios, interesados en conocer el quehacer del Instituto. Para ello, se realizan visitas guiadas a sus instalaciones en las que los jóvenes tienen la oportunidad de recorrer sus modernos laboratorios y conocer de cerca a los investigadores que se desempeñan en las áreas de conocimiento de su interés.
Estas son solo algunas de las acciones con que el IMTA contribuye a la construcción de una ciudadanía formada y comprometida con el cuidado y la preservación del medio ambiente, así como con los valores que compartimos como sociedad en torno al progreso con desarrollo sostenible sin dejar a nadie atrás.