Mujeres y niñas en el liderazgo científico, una nueva era para la sostenibilidad.
El Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, promovido por la UNESCO y ONU Mujeres, se celebra cada año el 11 de febrero con el objetivo de promover el acceso y la participación plena y equitativa de las mujeres y las niñas en la ciencia, alcanzar la igualdad entre hombres y mujeres y conseguir que, a través de la educación, las jóvenes logren hacer oír sus ideas, como motores de paz y desarrollo.
A pesar de que los campos CTIM (Ciencias, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas) se consideran fundamentales para las economías nacionales, hasta ahora la mayoría de los países -independientemente de su nivel de desarrollo- no han logrado la igualdad de género en ellos. Solo el 33.3% de las mujeres son investigadoras y solo el 35% de los estudiantes de carreras relacionadas con las CTIM son mujeres.¹
Las mujeres necesitan la ciencia, la ciencia necesita a las mujeres
Hoy en día, quizá más que nunca, se requiere de toda la capacidad y creatividad de las científicas y los científicos en la búsqueda de soluciones a los apremiantes desafíos que enfrenta la humanidad y el planeta, tal como el cambio climático a cuyo impacto son más vulnerables las mujeres ya que constituyen la mayor parte de la población pobre del mundo.
En efecto, el 70% de los 1,300 millones de personas que viven en condiciones de pobreza son mujeres. Además, ellas son más dependientes de los recursos naturales afectados por el cambio climático, -como la tierra y el agua- e integran la fuerza de trabajo predominante en la producción mundial de alimentos (50-80%).²
Es así que las mujeres son particularmente vulnerables a las amenazas medioambientales y experimentan sus mayores impactos, a tal grado que el 80% de las personas desplazadas por desastres y cambios relacionados con el clima, en todo el mundo, son mujeres y niñas. Este hecho amplifica a su vez las desigualdades de género ya existentes y plantea serias amenazas para sus medios de subsistencia, salud y seguridad.
Investigadoras y los Planes de Justicia
Contribuir a hacer realidad el cumplimiento de los derechos humanos al agua y al saneamiento es parte fundamental de la misión del IMTA en todas sus áreas de competencia, especialmente a través del desarrollo de soluciones tecnológicas y organizativa, de la mano de las comunidades. En este sentido destacan los Planes de Justicia emprendidos por el Gobierno de México, y coordinados por el Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI), en cuya integración y puesta en marcha ha participado el IMTA a través de un equipo multidisciplinario de especialistas altamente calificados.
Como parte del equipo, las investigadoras del instituto han tenido una destacada participación al diseñar e implementar sistemas descentralizados, modulares y comunitarios para proveer de agua segura a comunidades en situación de precariedad hídrica.
Un ejemplo de lo anterior es el Plan de Justicia de la Sierra Tarahumara, en donde las capacidades del IMTA se pusieron al servicio de las comunidades Ralámulis en una dinámica de respeto y reconstrucción de vínculos de confianza, aportando tecnología y apoyo en organización comunitaria.
Las investigadoras participaron también en un trabajo de sensibilización sobre la importancia de la organización y la gestión comunitaria, para la conformación de comités de operación y mantenimiento de los sistemas de captación y las garrafoneras.
De cara a los retos del futuro, que tendrán lugar en contextos complejos y altamente dinámicos, será preciso emplear todo el talento existente. La igualdad de género en ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas, resultará clave para superar los grandes desafíos de nuestra sociedad al tiempo que se fomenta el desarrollo económico y social, con base en principios de equidad, responsabilidad social y respeto mutuo.
Se instalaron plantas purificadoras de agua para consumo en las comunidades de Cuiteco, Huitosachi, Basaseachi y Turuachi; además de dos sistemas de captación de agua de lluvia en las casas de la niñez de Basihuare, Mogotavo, La Laguna y Laguna Juanota, para un total de 8 sistemas.