¿Qué tienen en común la contaminación, el cambio climático y la pérdida de vida silvestre? Estos son los tres mayores problemas que enfrenta la humanidad en la actualidad y juntos representan una seria amenaza para el futuro de todas las formas de vida en el planeta. Estos tres problemas comparten múltiples vasos comunicantes y se los conoce como la Triple Crisis Planetaria. Son responsables de generar un grave impacto en los ecosistemas, la sociedad y la economía a nivel mundial.
El 3 de marzo se celebra el Día Mundial de la Vida Silvestre, una oportunidad de celebrar el tejido de la vida en nuestro planeta. Este 2025 el tema para este día “financiación de la conservación de la vida silvestre: invertir en las personas y el planeta”, busca cómo hacer que los flujos financieros internacionales -tales como el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) o la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES)- sean más eficaces y sostenibles.
El Día Mundial de la Vida Silvestre es una oportunidad para celebrar la enorme diversidad de especies y variedades de flora y fauna que hay en el mundo, concienciar sobre sus múltiples beneficios y, sobre todo, recordar la necesidad urgente de luchar contra el tráfico ilegal y otros delitos ambientales que amenazan la vida silvestre, así como combatir la reducción de especies ocasionada por el hombre.
Considerada por muchos especialistas como “la sexta gran extinción masiva de especies” se estima que -de los 8 millones de especies animales y vegetales que hay en la Tierra- alrededor de un millón están amenazadas, muchas de ellas en peligro de extinguirse en apenas unas décadas si no se toman medidas urgentes.
Esa cifra equivale a que una de cada ocho especies animales y vegetales del planeta se halla en riesgo de extinción, de acuerdo con la Evaluación Global sobre Biodiversidad y Servicios Ecosistémicos 2019 del Panel Intergubernamental sobre Biodiversidad y Ecosistemas (IPBES, por sus siglas en inglés), publicado por la Organización de las Naciones Unidas para la Ciencia, la Cultura y la Educación (UNESCO) ¹.
La evaluación del IPBES ha encendido las alarmas y lanzado un urgente llamado a la acción en favor del planeta y su biodiversidad. Una sola especie eliminada como resultado del cambio climático, de la contaminación, la pérdida de hábitat u otros factores naturales o antropogénicos, puede producir un efecto dominó de gran impacto en todo el ecosistema.
De acuerdo con el IPBES, las cinco causas directas de la degradación de la naturaleza son, de mayor a menor impacto: los cambios en el uso de la tierra y el mar; la explotación directa de organismos; el cambio climático; la contaminación y las especies exóticas invasoras. El informe ha demostrado la responsabilidad de las actividades humanas en la pérdida de la diversidad biológica, pérdida que ascendió al 75% en el caso de los ecosistemas terrestres.
Por otra parte, de acuerdo con National Geographic las tasas de extinción global de las especies de agua dulce son de cuatro a seis veces más elevadas que las de especies marinas o terrestres, mientras el cuarenta por ciento de todas las especies de agua dulce de Norteamérica corren el riesgo de extinguirse ².
Los constantes índices de pérdida y degradación de los ecosistemas acuáticos y de pérdida de biodiversidad acuática son los más altos entre todos los tipos de ecosistemas. Los cambios provocados por el hombre en la naturaleza, como la deforestación, el cambio de uso del suelo, la agricultura y ganadería intensivas, así como el comercio ilegal de vida silvestre, -que han ocasionado la degradación de los ecosistemas y la pérdida de vida silvestre- nos hablan de un modelo de producción y consumo que ya es insostenible.
México: escenario de excepcional riqueza biológica
México es uno de los 17 países megadiversos del mundo, es decir con mayor biodiversidad. Alberga cerca del 10% de las especies silvestres registradas a escala global. Nuestro país es quinto lugar con mayor número de especies de plantas, cuarto en anfibios, segundo en mamíferos y ocupa el primer lugar en el mundo en cuanto a diversidad de reptiles ³.
Y aunque solo más de 108,000 especies en el país han sido descritas –entre ellas 864 especies de reptiles, 528 especies de mamíferos, 361 de anfibios y 1,800 especies de mariposas–, se calcula que podrían ser millones las que habitan nuestros suelos, aguas u otros sitios recónditos.
Esta riqueza biológica incluye una gran cantidad de especies endémicas, especies que solo se encuentran en México⁴. La mitad o más de nuestra flora no se encuentra en ninguna otra parte del mundo y si una de estas especies se extingue en México, desaparecerá del planeta. Lo mismo sucede con las especies de fauna. Por eso es muy grande la responsabilidad que tenemos de conocer, usar y conservar nuestro patrimonio natural.
Para enfrentar la triple crisis planetaria, se hace necesario formular estrategias y respuestas a escalas sin precedentes, diríase un cambio de paradigma por lo que hace a nuestro modelo de producción y hábitos de consumo.
Con respecto a la vida silvestre, es necesario emprender acciones en el corto, mediano y largo plazos para proteger, gestionar de forma sustentable y restaurar los ecosistemas naturales o modificados, acciones que aborden los desafíos sociales de manera efectiva y adaptativa, brindando al mismo tiempo bienestar humano y beneficios a la biodiversidad. Asimismo, poner en valor el conocimiento local implicando a los pueblos indígenas con su saber ancestral de la naturaleza, así como a las comunidades locales y los jóvenes con experiencia y conocimiento en la conservación de las especies silvestres.
¹ https://www.ipbes.net/transformative-change/media-release1345819907210.html?detid=1345940545522
² https://www.nationalgeographic.es/medio-ambiente/ecosistemas-acuaticos
³ Idem
⁴ https://www.gob.mx/semarnat/articulos/celebra-mexico-el-dia-internacional-de-la-vida-silvestre