class="contentpane"> El destino de los Mayas, en una estalagmita
Lunes, 27 de Febrero de 2012 18:22
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Dos investigadores proponen haber encontrado el secreto del colapso de los Mayas o, al menos, una pieza clave para completar el rompecabezas de su florecimiento y posterior desaparición en la América precolombina.

Cuando Martín Medina-Elizalde y Eelco Rohling (Centro de Investigación Científica de Yucatán en México y Universidad de Southampton en el Reino Unido, respectivamente) miran una estalacmita, ven mucho más que tú y que yo. Estudiando su estructura, son capaces de escribir la biografía de la roca y, con ella, la del clima de la zona donde se formó.

“Nuestros resultados muestran reducciones de lluvia modestas en el período que media entre el florecimiento y colapso del período Maya Clásico, entre el 800 y 950 d.C. Estas reducciones fueron únicamente de 25 a 40 por ciento en la cantidad de lluvia anual. Pero fueron suficientemente intensas para que la evaporación se volviera dominante sobre la lluvia, y la disponibilidad de agua superficial fuera rápidamente reducida. Los datos sugieren que la causa principal fue una disminución en la actividad de tormentas de Verano.”

Los datos presentados esta semana en la revista Science son el fruto una excelente investigación, no solo entre estalagmitas sino midiendo las características de pequeños lagos también dirigida a resolver un enigma viejo.

La idea de que podríamos encontrar variaciones climáticas tras el colapso de esta civilización está en el aire desde hace más de un siglo pero todavía “no se habían realizado estimaciones contundentes de la severidad de estas sequías, aunque algunos han sugerido escenarios extremos. Nuevos datos han hecho posible finalmente obtener estimaciones detalladas”, explicó Medina.

En el caso Maya, una fluctuación así resultó tan crítica, entre otras razones, porque no hay otras fuentes de agua equiparables a las tormentas del verano que, comenta el profesor Rohling, “fue la estación principal para el cultivo y el reabastecimiento de los sistemas Mayas de agua dulce y no hay ríos en las zonas bajas de la Península de Yucatán.  Transtornos sociales y el abandono de ciudades son consecuencias probables de escasez de agua, especialmente ya que parece haber ocurrido una repetición rápida de sequías de varios años de duración.”

Lo más sorprendente, tal vez, es que las fluctuaciones que aparecen en el artículo de Science son muy similares a las que figuran en las predicciones del IPCC (el Panel Internacional para el Cambio Climático, inglés) para la zona del Yucatán en el futuro. Medina añade que si bien “hay diferencias también, pero la advertencia es clara. Lo que parece ser una pequeña reducción en la disponibilidad de agua podría conducir a problemas de larga duración. Este problema no es único a la Península de Yucatán, sino que se aplica a todas las regiones con condiciones semejantes donde la evaporación es alta. Hoy en día tenemos el beneficio de estar conscientes de lo qué está sucediendo, y deberíamos actuar en consecuencia.”

Fuente: science

El destino de los Mayas, en una estalagmita

Lunes, 27 de Febrero de 2012 18:22
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Dos investigadores proponen haber encontrado el secreto del colapso de los Mayas o, al menos, una pieza clave para completar el rompecabezas de su florecimiento y posterior desaparición en la América precolombina.

Cuando Martín Medina-Elizalde y Eelco Rohling (Centro de Investigación Científica de Yucatán en México y Universidad de Southampton en el Reino Unido, respectivamente) miran una estalacmita, ven mucho más que tú y que yo. Estudiando su estructura, son capaces de escribir la biografía de la roca y, con ella, la del clima de la zona donde se formó.

“Nuestros resultados muestran reducciones de lluvia modestas en el período que media entre el florecimiento y colapso del período Maya Clásico, entre el 800 y 950 d.C. Estas reducciones fueron únicamente de 25 a 40 por ciento en la cantidad de lluvia anual. Pero fueron suficientemente intensas para que la evaporación se volviera dominante sobre la lluvia, y la disponibilidad de agua superficial fuera rápidamente reducida. Los datos sugieren que la causa principal fue una disminución en la actividad de tormentas de Verano.”

Los datos presentados esta semana en la revista Science son el fruto una excelente investigación, no solo entre estalagmitas sino midiendo las características de pequeños lagos también dirigida a resolver un enigma viejo.

La idea de que podríamos encontrar variaciones climáticas tras el colapso de esta civilización está en el aire desde hace más de un siglo pero todavía “no se habían realizado estimaciones contundentes de la severidad de estas sequías, aunque algunos han sugerido escenarios extremos. Nuevos datos han hecho posible finalmente obtener estimaciones detalladas”, explicó Medina.

En el caso Maya, una fluctuación así resultó tan crítica, entre otras razones, porque no hay otras fuentes de agua equiparables a las tormentas del verano que, comenta el profesor Rohling, “fue la estación principal para el cultivo y el reabastecimiento de los sistemas Mayas de agua dulce y no hay ríos en las zonas bajas de la Península de Yucatán.  Transtornos sociales y el abandono de ciudades son consecuencias probables de escasez de agua, especialmente ya que parece haber ocurrido una repetición rápida de sequías de varios años de duración.”

Lo más sorprendente, tal vez, es que las fluctuaciones que aparecen en el artículo de Science son muy similares a las que figuran en las predicciones del IPCC (el Panel Internacional para el Cambio Climático, inglés) para la zona del Yucatán en el futuro. Medina añade que si bien “hay diferencias también, pero la advertencia es clara. Lo que parece ser una pequeña reducción en la disponibilidad de agua podría conducir a problemas de larga duración. Este problema no es único a la Península de Yucatán, sino que se aplica a todas las regiones con condiciones semejantes donde la evaporación es alta. Hoy en día tenemos el beneficio de estar conscientes de lo qué está sucediendo, y deberíamos actuar en consecuencia.”

Fuente: science