class="contentpane">
Jueves, 25 de Junio de 2009 13:05
Imprimir
AddThis Social Bookmark Button

El Patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México

Autor: Eckart Boege.
Colaboradores: Georgina Vidriales Chan, Isabel García Coll, Manolo Mondragón, Alfonso Juan Rivas, Martha Patricia Lozada y Fabio Soto.

El pasado 18 de junio se presentó, en el auditorio Jaime Torres Bodet del Museo Nacional de Antropología, el libro El Patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México. Hacia la conservación in situ de la biodiversidad y agrodiversidad en  los territorios indígenas, del antropólogo Eckart Boege.

A partir de un diagnóstico que señala el grave deterioro de los ecosistemas –situación que de continuarse significará una severa reducción de los recursos naturales en nuestro país y con graves efectos sociecónomicos en el futuro inmediato–, Eckart Boege se dio a la tarea de llevar a cabo un balance general de la situación actual de la biodiversidad y agrodiversidad en los territorios indígenas en México.

Para abordar esta compleja situación, derivada del deterioro ambiental y social, se hace indispensable contar con un acercamiento interdisciplinario que articule las ciencias sociales y las biológicas. Bajo dicho enfoque, Eckart Boege hace notar el papel determinante que tienen los pueblos indígenas en cuanto a la posibilidad de revertir la degradación de los suelos, la biodiversidad biológica, la cubierta vegetal, los bosques y el recurso hídrico.

De acuerdo con este reporte ambiental y cultural de los pueblos indígenas, se presentan los siguientes datos: en su conjunto, los pueblos indígenas (10% de la población total de México), se asientan en un territorio de 28 millones de hectáreas (14.3% del territorio nacional), donde se concentra una de las mayores riquezas biológicas y agrobiodiversidad del país: arriba del 50% de las selvas medianas, perennifolias, mediana subcaducifolias, vegetación de los retenes y bosques mesófilos de montaña; también, en promedio se captan anualmente 364,387.47 hectómetros cúbicos. De igual forma, los pueblos indígenas tienen sus asentamientos, principalmente, en las cabezas de cuenca. En el país existen 655 municipios con población netamente indígena y otros 1,572 con población indígena dispersa.

Por otra parte, Boege enfatiza sobre la importancia de la documentación del cúmulo de conocimientos ecológico que los pueblos indígenas han conservado y transmitido, lo que se traduce en un conjunto de tecnologías, saberes, prácticas y experiencias en el pasado, pero actuales en el manejo y gestión de los recursos naturales, instituciones de acceso y prácticas simbólicas de interacción con la naturaleza. Ello constata la presencia de una teoría y una práctica biocultural in situ por parte de los pueblos indígenas. El reconocimiento de este punto resulta crucial, ya que como afirma el autor: “En otras palabras, esta manera de pensar implica que la sociedad en su conjunto reconozca que la conservación de la biodiversidad debe estar relacionada con la diversidad cultural de los pueblos indígenas.” (Boege, 2009-16).

México, junto con Indonesia, India, Australia, Zaire y Brasil se considera uno de los países con gran diversidad cultural y biológica en el mundo. Por tal motivo, Eckart Boege insiste en considerar que el patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México figura como estratégico en la construcción de un nuevo modelo de gestión de los recursos naturales, lo cual revertiría la actual tendencia de deterioro de los recursos naturales, así como la extinción del conocimiento y la experiencia milenaria en el manejo de la biomasa y la biodiversidad de los ecosistemas.

Así, una de las principales conclusiones que suscribe la investigación consiste en que para una efectiva estrategia dirigida hacia “… el manejo sustentable de los recursos naturales (biodiversidad, suelos, recursos hídricos, servicios ambientales) que se proponen en este trabajo es el reconocimiento de los pueblos indígenas como sujetos sociales centrales para la conservación y el desarrollo a nivel nacional.” Siguiendo a Boege en su reflexión, es claro que mientras el Estado y la sociedad de nuestro país no reconozcan este papel activo de  los pueblos indígenas en la conservación in situ  de los ecosistemas, difícilmente se podrán sentar bases sólidas para solucionar la actual crisis ambiental por la que atraviesa México. A todas luces, el libro de Eckart Boege está llamado a  ser un libro no tan sólo de consulta, sino que invita a la acción in situ en pro de una gestión sustentable.

Reseña:
José Luis Martínez Ruiz y Jorge Martínez Ruiz.

Jueves, 25 de Junio de 2009 13:05
Imprimir
AddThis Social Bookmark Button

El Patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México

Autor: Eckart Boege.
Colaboradores: Georgina Vidriales Chan, Isabel García Coll, Manolo Mondragón, Alfonso Juan Rivas, Martha Patricia Lozada y Fabio Soto.

El pasado 18 de junio se presentó, en el auditorio Jaime Torres Bodet del Museo Nacional de Antropología, el libro El Patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México. Hacia la conservación in situ de la biodiversidad y agrodiversidad en  los territorios indígenas, del antropólogo Eckart Boege.

A partir de un diagnóstico que señala el grave deterioro de los ecosistemas –situación que de continuarse significará una severa reducción de los recursos naturales en nuestro país y con graves efectos sociecónomicos en el futuro inmediato–, Eckart Boege se dio a la tarea de llevar a cabo un balance general de la situación actual de la biodiversidad y agrodiversidad en los territorios indígenas en México.

Para abordar esta compleja situación, derivada del deterioro ambiental y social, se hace indispensable contar con un acercamiento interdisciplinario que articule las ciencias sociales y las biológicas. Bajo dicho enfoque, Eckart Boege hace notar el papel determinante que tienen los pueblos indígenas en cuanto a la posibilidad de revertir la degradación de los suelos, la biodiversidad biológica, la cubierta vegetal, los bosques y el recurso hídrico.

De acuerdo con este reporte ambiental y cultural de los pueblos indígenas, se presentan los siguientes datos: en su conjunto, los pueblos indígenas (10% de la población total de México), se asientan en un territorio de 28 millones de hectáreas (14.3% del territorio nacional), donde se concentra una de las mayores riquezas biológicas y agrobiodiversidad del país: arriba del 50% de las selvas medianas, perennifolias, mediana subcaducifolias, vegetación de los retenes y bosques mesófilos de montaña; también, en promedio se captan anualmente 364,387.47 hectómetros cúbicos. De igual forma, los pueblos indígenas tienen sus asentamientos, principalmente, en las cabezas de cuenca. En el país existen 655 municipios con población netamente indígena y otros 1,572 con población indígena dispersa.

Por otra parte, Boege enfatiza sobre la importancia de la documentación del cúmulo de conocimientos ecológico que los pueblos indígenas han conservado y transmitido, lo que se traduce en un conjunto de tecnologías, saberes, prácticas y experiencias en el pasado, pero actuales en el manejo y gestión de los recursos naturales, instituciones de acceso y prácticas simbólicas de interacción con la naturaleza. Ello constata la presencia de una teoría y una práctica biocultural in situ por parte de los pueblos indígenas. El reconocimiento de este punto resulta crucial, ya que como afirma el autor: “En otras palabras, esta manera de pensar implica que la sociedad en su conjunto reconozca que la conservación de la biodiversidad debe estar relacionada con la diversidad cultural de los pueblos indígenas.” (Boege, 2009-16).

México, junto con Indonesia, India, Australia, Zaire y Brasil se considera uno de los países con gran diversidad cultural y biológica en el mundo. Por tal motivo, Eckart Boege insiste en considerar que el patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México figura como estratégico en la construcción de un nuevo modelo de gestión de los recursos naturales, lo cual revertiría la actual tendencia de deterioro de los recursos naturales, así como la extinción del conocimiento y la experiencia milenaria en el manejo de la biomasa y la biodiversidad de los ecosistemas.

Así, una de las principales conclusiones que suscribe la investigación consiste en que para una efectiva estrategia dirigida hacia “… el manejo sustentable de los recursos naturales (biodiversidad, suelos, recursos hídricos, servicios ambientales) que se proponen en este trabajo es el reconocimiento de los pueblos indígenas como sujetos sociales centrales para la conservación y el desarrollo a nivel nacional.” Siguiendo a Boege en su reflexión, es claro que mientras el Estado y la sociedad de nuestro país no reconozcan este papel activo de  los pueblos indígenas en la conservación in situ  de los ecosistemas, difícilmente se podrán sentar bases sólidas para solucionar la actual crisis ambiental por la que atraviesa México. A todas luces, el libro de Eckart Boege está llamado a  ser un libro no tan sólo de consulta, sino que invita a la acción in situ en pro de una gestión sustentable.

Reseña:
José Luis Martínez Ruiz y Jorge Martínez Ruiz.