class="contentpane"> Universum, un museo de la ciencia con visión global y vocablo local
Lunes, 12 de Septiembre de 2011 12:24
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Tocar fue la novedad en los museos de ciencia inaugurados hace casi dos décadas en México. La interacción que podían tener sus visitantes dentro de las exposiciones los convirtió en pioneros en su tipo en Latinoamérica, lo que generó un boom  y en diversas ciudades de esta nación se instalaron espacios que hablaran de temas científicos para gente no especializada en la materia.

Universum, Museo de las Ciencias inaugurado en la capital mexicana en 1992 a iniciativa de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM); Explora en 1994 en la ciudad de León, Guanajuato, creado por el Patronato de la Feria Estatal; Descubre, Museo Interactivo de Ciencia y Tecnología en Aguascalientes en 1998; y Trompo Mágico Museo Interactivo, a cargo del gobierno del estado de Jalisco, representan diversas experiencias exitosas con temas de ciencia en América Latina.

Luego de 18 años, al Universum, Museo de la Ciencias lo que le “preocupa” es tener contenidos que muestren al visitante que la ciencia está en la vida diaria, comentó la arquitecta Lourdes Guevara Saldaña, coordinadora de Museos de la UNAM, institución a la que pertenece este  espacio.

En plena etapa de renovación, hoy en su espacio de 12 mil metros cuadrados las temáticas se enfocan a contenidos relacionados con la vida diaria. Por ejemplo, en la sala R3 Reduce-Recicla y Reutiliza se encuentran diversos muñecos hechos a partir de botellas de PET; este espacio muestra por qué es deseable reciclar este material a fin de convertirlo en objetos útiles como playeras, cobijas, mochilas; los beneficios al separar la basura en orgánica e inorgánica o la manera en que se puede ahorrar agua y energía en labores cotidianas.

¡Ojos! ¿y el cerebro?

En este museo reconocen que sus visitantes –en su mayoría estudiantes entre 12 y 19 años– asisten porque en las escuelas de educación básica los conminan a ir; sin embargo, lo deseable es que no fuera obligatorio visitarlos, sino por iniciativa propia, como ocurre en otras latitudes. Por ello, la idea es “atrapar” a los visitantes y mostrarles en su recorrido que la ciencia está en su vida diaria.

La gente llega con la expectativa de que “la ciencia es difícil”; conforme recorren sus salas e interactúan con temas de física, química, el cuerpo humano o energía cambian su impresión y comentan que “el juego interactivo les da un conocimiento que no resulta complicado y les explica su entorno”.

Como Alan, de 9 años, que en periodo vacacional visitó junto con su mamá el Universum por primera vez y todo le pareció “raro”, pero cuando estuvo en la Sala del Cerebro experimentó la magia de la ciencia.

Se sentó en una silla giratoria y le dieron vueltas. Experimentó por qué cuando uno gira se marea. Al dejar de estar en movimiento, sus ojos seguían moviéndose como si fueran pelotas de ping-pong, pero al girar, ahora, en sentido contrario, regresaron a la normalidad.

La explicación es sencilla, le dice la anfitriona: el equilibrio lo tenemos en los oídos, ahí hay un líquido que se agita al movernos y produce la movilidad en los ojos.

En la experiencia de Universum, Museo de las Ciencias las salas que mayor éxito han tenido entre sus visitantes son las relacionadas con temáticas del espacio y la paleontología, sin embargo, para la Coordinadora de Museos de la UNAM no hay fórmula para los museos interactivos.

“Nos ha resultado favorable una visión global con un vocablo local. Construimos a partir del conocimiento del visitante, el tema lo concreta un grupo de investigadores, neurólogos, físicos, pedagogos,  y químicos, entre otros, a partir de aquí los creativos ‘recrean’ su idea, siempre con la participación del grupo multidisciplinario”.

Los museos mexicanos enfocados a la ciencia cuentan con estrategias similares a los europeos, tienen los mismos problemas en términos de mantenimiento, inversión, interactividad hasta de vandalismo, indicó la coordinadora de museos de la UNAM.

Información que llega

Estos museos incluyen temas que interesan a la gente y que tienen que ver con su entorno. Sin embargo, su pretensión no es educar, sino informar desde el punto de vista científico sobre diversas áreas de la vida cotidiana.

Reconoce Guevara Saldaña que en la sociedad de América Latina existe el estigma de que la ciencia “no es algo para mí”, y resulta lo contrario. “Los museos están hechos para mostrarles que la ciencia les ayuda a estar informados y tomar decisiones adecuadas en varios ámbitos de su vida”.

En casi dos décadas de apertura los museos de ciencia han aprendido atrapar al público, a decirles algo e “informarlos”, evaluando con estudios la aceptación de los temas, el discurso y la forma de decirlo. En este sentido, la maestra Claudia Hernández García, jefa del área de contenidos de Universum, dijo que son el resultado de la experiencia “hemos aprendido desde nuestra óptica”.

Como integrantes de diversas asociaciones de museos en Estados Unidos y Europa, se tiene el contacto con dichos organismos  y de acuerdo con  Guevara Saldaña  va “por buen camino”.

“Siempre y cuando dejemos a un lado la producción científica y tecnológica de otras naciones, tenemos un buen nivel de contenido, temas comunes y estrategias similares, sin perder de vista que estamos dirigidos a un público con poco acercamiento a la ciencia y una política federal de mínima promoción científica”, concluyó. (Agencia ID-OEI-AECID)

Fuente: invdes

Universum, un museo de la ciencia con visión global y vocablo local

Lunes, 12 de Septiembre de 2011 12:24
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Tocar fue la novedad en los museos de ciencia inaugurados hace casi dos décadas en México. La interacción que podían tener sus visitantes dentro de las exposiciones los convirtió en pioneros en su tipo en Latinoamérica, lo que generó un boom  y en diversas ciudades de esta nación se instalaron espacios que hablaran de temas científicos para gente no especializada en la materia.

Universum, Museo de las Ciencias inaugurado en la capital mexicana en 1992 a iniciativa de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM); Explora en 1994 en la ciudad de León, Guanajuato, creado por el Patronato de la Feria Estatal; Descubre, Museo Interactivo de Ciencia y Tecnología en Aguascalientes en 1998; y Trompo Mágico Museo Interactivo, a cargo del gobierno del estado de Jalisco, representan diversas experiencias exitosas con temas de ciencia en América Latina.

Luego de 18 años, al Universum, Museo de la Ciencias lo que le “preocupa” es tener contenidos que muestren al visitante que la ciencia está en la vida diaria, comentó la arquitecta Lourdes Guevara Saldaña, coordinadora de Museos de la UNAM, institución a la que pertenece este  espacio.

En plena etapa de renovación, hoy en su espacio de 12 mil metros cuadrados las temáticas se enfocan a contenidos relacionados con la vida diaria. Por ejemplo, en la sala R3 Reduce-Recicla y Reutiliza se encuentran diversos muñecos hechos a partir de botellas de PET; este espacio muestra por qué es deseable reciclar este material a fin de convertirlo en objetos útiles como playeras, cobijas, mochilas; los beneficios al separar la basura en orgánica e inorgánica o la manera en que se puede ahorrar agua y energía en labores cotidianas.

¡Ojos! ¿y el cerebro?

En este museo reconocen que sus visitantes –en su mayoría estudiantes entre 12 y 19 años– asisten porque en las escuelas de educación básica los conminan a ir; sin embargo, lo deseable es que no fuera obligatorio visitarlos, sino por iniciativa propia, como ocurre en otras latitudes. Por ello, la idea es “atrapar” a los visitantes y mostrarles en su recorrido que la ciencia está en su vida diaria.

La gente llega con la expectativa de que “la ciencia es difícil”; conforme recorren sus salas e interactúan con temas de física, química, el cuerpo humano o energía cambian su impresión y comentan que “el juego interactivo les da un conocimiento que no resulta complicado y les explica su entorno”.

Como Alan, de 9 años, que en periodo vacacional visitó junto con su mamá el Universum por primera vez y todo le pareció “raro”, pero cuando estuvo en la Sala del Cerebro experimentó la magia de la ciencia.

Se sentó en una silla giratoria y le dieron vueltas. Experimentó por qué cuando uno gira se marea. Al dejar de estar en movimiento, sus ojos seguían moviéndose como si fueran pelotas de ping-pong, pero al girar, ahora, en sentido contrario, regresaron a la normalidad.

La explicación es sencilla, le dice la anfitriona: el equilibrio lo tenemos en los oídos, ahí hay un líquido que se agita al movernos y produce la movilidad en los ojos.

En la experiencia de Universum, Museo de las Ciencias las salas que mayor éxito han tenido entre sus visitantes son las relacionadas con temáticas del espacio y la paleontología, sin embargo, para la Coordinadora de Museos de la UNAM no hay fórmula para los museos interactivos.

“Nos ha resultado favorable una visión global con un vocablo local. Construimos a partir del conocimiento del visitante, el tema lo concreta un grupo de investigadores, neurólogos, físicos, pedagogos,  y químicos, entre otros, a partir de aquí los creativos ‘recrean’ su idea, siempre con la participación del grupo multidisciplinario”.

Los museos mexicanos enfocados a la ciencia cuentan con estrategias similares a los europeos, tienen los mismos problemas en términos de mantenimiento, inversión, interactividad hasta de vandalismo, indicó la coordinadora de museos de la UNAM.

Información que llega

Estos museos incluyen temas que interesan a la gente y que tienen que ver con su entorno. Sin embargo, su pretensión no es educar, sino informar desde el punto de vista científico sobre diversas áreas de la vida cotidiana.

Reconoce Guevara Saldaña que en la sociedad de América Latina existe el estigma de que la ciencia “no es algo para mí”, y resulta lo contrario. “Los museos están hechos para mostrarles que la ciencia les ayuda a estar informados y tomar decisiones adecuadas en varios ámbitos de su vida”.

En casi dos décadas de apertura los museos de ciencia han aprendido atrapar al público, a decirles algo e “informarlos”, evaluando con estudios la aceptación de los temas, el discurso y la forma de decirlo. En este sentido, la maestra Claudia Hernández García, jefa del área de contenidos de Universum, dijo que son el resultado de la experiencia “hemos aprendido desde nuestra óptica”.

Como integrantes de diversas asociaciones de museos en Estados Unidos y Europa, se tiene el contacto con dichos organismos  y de acuerdo con  Guevara Saldaña  va “por buen camino”.

“Siempre y cuando dejemos a un lado la producción científica y tecnológica de otras naciones, tenemos un buen nivel de contenido, temas comunes y estrategias similares, sin perder de vista que estamos dirigidos a un público con poco acercamiento a la ciencia y una política federal de mínima promoción científica”, concluyó. (Agencia ID-OEI-AECID)

Fuente: invdes