class="contentpane"> ¿Sociedad de la información o sociedad del conocimiento?
Miércoles, 08 de Junio de 2011 05:45
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Últimamente estoy teniendo muchas dudas sobre si el camino que hemos tomado es el correcto. Aunque también las tengo sobre si hay otro camino posible que no sea éste. El salto que ha dado la sociedad en cuanto a desarrollo tecnológico que de una u otra forma afecta a la capacidad de comunicación, cognitiva y de asimilación del ser humano es brutal.

Lo que no estoy tan seguro es que nuestra capacidad de gestionar eso haya sido incrementada en igual medida. Los impactos de información que recibimos diariamente son tantos que en muchos casos ni siquiera somos conscientes de haberlos recibido. En este entorno la información abunda, pero no estoy tan seguro de que también lo haga el conocimiento.

Si utilizamos la definición que hace José Ferrater Mora de Conocimiento en su libro Diccionario de Filosofía tal vez podamos marcar alguna línea de pensamiento a seguir. Dice Ferrater Mora que “conocer es lo que tiene lugar cuando un sujeto aprehende un objeto”. No complicaremos más la definición porque nos basta con lo dicho. Es interesante constatar la utilización del verbo “aprehender”, lo que supone que el conocimiento requiere de un saber consciente, es decir, un saber del que el sujeto se da cuenta.

Como decimos, la cantidad de información que recibimos diariamente es muy superior a la que podemos asimilar. Conocimiento no es recibir información, es asimilarla, procesarla. Y en este sentido estamos en una fase un tanto confusa. Por eso no sé hasta qué punto podemos hablar de sociedad del conocimiento.

Ya dijo Nicholas G. Carr que estamos perdiendo capacidad para profundizar en la información que nos llega. No voy a entrar en connotaciones o análisis sociológicos porque sería largo, pero sí me interesa cómo está afectando esto a las empresas. No olvidemos que el fin de las empresas es acceder al mercado en las mejores condiciones posibles. Señalamos hace poco algunas de las razones que nos llevaban como empresa o marca a estar en los medios sociales, y en varias de ellas (marketing, comunicación, innovación, información, creación de marca) afecta de un modo u otro esta infoxicación de información, creando un estado de pérdida y ahogo entre tanta información. Tengamos en cuenta que dependiendo de nuestros objetivos nos va a interesar más o menos determinada información. Incluso vamos a ser actores activos o pasivos en la transmisión de información.

Si buscamos un enfoque de marketing o de comunicación, vamos a ser actores activos, vamos a crear contenidos que deben ser relevantes, fáciles de captar y de consumir para que la ansiedad por ir a otra fuente no minimice mi posibilidad de impacto. En el resto de los casos somos fundamentalmente consumidores de información, pero nos ha de quedar claro si queremos llegar al conocimiento o nos vamos a limitar a digerir esa información de manera plana.

Varias cosas nos han de quedar claras:

-No podemos asimilar toda la información que existe.

-Ni siquiera podemos acceder a toda la información que existe.

-La selección es vital, la buena selección es vital.

-Sólo nosotros sabemos qué información nos va a ser útil y qué información no lo será.

-Nuestro conocimiento es alternativo, no excluyente, depende de las premisas elegidas, de la información que hayamos decidido procesar, pero no quiere decir que otra información no nos hubiera sido apropiada.

-Las redes nos ayudan a gestionar la información pero también nos excluyen de otras.

-Las redes sociales están primando en muchos casos la relevancia temporal, el timeline.

-Un contenido recomendado no es necesariamente el que más me interesa.

-Un contenido recomendado por un prescriptor personal no es necesariamente el que más me interesa, pero tiene más opciones de serlo.

Resumiendo, debemos ser conscientes de que no podemos captar toda la información, por lo que la mejor opción sería procesar aquella que seleccionemos y que nos permita llegar a un conocimiento más profundo de nuestro entorno. Las marcas trabajan con información, pero no necesariamente con conocimiento, al menos cuando son actores activos y lo que pretenden es ser relevantes.

Fuente: Juan Sobejano

¿Sociedad de la información o sociedad del conocimiento?

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Últimamente estoy teniendo muchas dudas sobre si el camino que hemos tomado es el correcto. Aunque también las tengo sobre si hay otro camino posible que no sea éste. El salto que ha dado la sociedad en cuanto a desarrollo tecnológico que de una u otra forma afecta a la capacidad de comunicación, cognitiva y de asimilación del ser humano es brutal.

Lo que no estoy tan seguro es que nuestra capacidad de gestionar eso haya sido incrementada en igual medida. Los impactos de información que recibimos diariamente son tantos que en muchos casos ni siquiera somos conscientes de haberlos recibido. En este entorno la información abunda, pero no estoy tan seguro de que también lo haga el conocimiento.

Si utilizamos la definición que hace José Ferrater Mora de Conocimiento en su libro Diccionario de Filosofía tal vez podamos marcar alguna línea de pensamiento a seguir. Dice Ferrater Mora que “conocer es lo que tiene lugar cuando un sujeto aprehende un objeto”. No complicaremos más la definición porque nos basta con lo dicho. Es interesante constatar la utilización del verbo “aprehender”, lo que supone que el conocimiento requiere de un saber consciente, es decir, un saber del que el sujeto se da cuenta.

Como decimos, la cantidad de información que recibimos diariamente es muy superior a la que podemos asimilar. Conocimiento no es recibir información, es asimilarla, procesarla. Y en este sentido estamos en una fase un tanto confusa. Por eso no sé hasta qué punto podemos hablar de sociedad del conocimiento.

Ya dijo Nicholas G. Carr que estamos perdiendo capacidad para profundizar en la información que nos llega. No voy a entrar en connotaciones o análisis sociológicos porque sería largo, pero sí me interesa cómo está afectando esto a las empresas. No olvidemos que el fin de las empresas es acceder al mercado en las mejores condiciones posibles. Señalamos hace poco algunas de las razones que nos llevaban como empresa o marca a estar en los medios sociales, y en varias de ellas (marketing, comunicación, innovación, información, creación de marca) afecta de un modo u otro esta infoxicación de información, creando un estado de pérdida y ahogo entre tanta información. Tengamos en cuenta que dependiendo de nuestros objetivos nos va a interesar más o menos determinada información. Incluso vamos a ser actores activos o pasivos en la transmisión de información.

Si buscamos un enfoque de marketing o de comunicación, vamos a ser actores activos, vamos a crear contenidos que deben ser relevantes, fáciles de captar y de consumir para que la ansiedad por ir a otra fuente no minimice mi posibilidad de impacto. En el resto de los casos somos fundamentalmente consumidores de información, pero nos ha de quedar claro si queremos llegar al conocimiento o nos vamos a limitar a digerir esa información de manera plana.

Varias cosas nos han de quedar claras:

-No podemos asimilar toda la información que existe.

-Ni siquiera podemos acceder a toda la información que existe.

-La selección es vital, la buena selección es vital.

-Sólo nosotros sabemos qué información nos va a ser útil y qué información no lo será.

-Nuestro conocimiento es alternativo, no excluyente, depende de las premisas elegidas, de la información que hayamos decidido procesar, pero no quiere decir que otra información no nos hubiera sido apropiada.

-Las redes nos ayudan a gestionar la información pero también nos excluyen de otras.

-Las redes sociales están primando en muchos casos la relevancia temporal, el timeline.

-Un contenido recomendado no es necesariamente el que más me interesa.

-Un contenido recomendado por un prescriptor personal no es necesariamente el que más me interesa, pero tiene más opciones de serlo.

Resumiendo, debemos ser conscientes de que no podemos captar toda la información, por lo que la mejor opción sería procesar aquella que seleccionemos y que nos permita llegar a un conocimiento más profundo de nuestro entorno. Las marcas trabajan con información, pero no necesariamente con conocimiento, al menos cuando son actores activos y lo que pretenden es ser relevantes.

Fuente: Juan Sobejano