Una de las cosas ciertas que se puede decir de la actual crisis económica en España es que no es tanto la crisis pasajera de un modelo como su final irremisible. La opinión en este punto es prácticamente unánime: tenemos que dar paso a un nuevo perfil productivo basado en el conocimiento que garantice la competitividad de nuestro sistema y, con ello, el desarrollo de nuestros valores de cohesión social y territorial.