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El mayor enemigo de la posidonia: los vertidos de aguas residuales

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Un estudio revela que el daño que provocan los fondeos es muy inferior al de los emisarios

posidonia aguas residualesLos fondeos de embarcaciones privadas en aguas de Baleares siempre han estado en el ojo del huracán por su impacto en el medio ambiente. Especialmente por parte de la izquierda, que acusa a los yates de tener una incidencia capital en las extensas praderas de posidonia que inundan el litoral del archipiélago.

Hasta el punto de que hace unos meses el Pacte elaboró un decreto para proteger este ecosistema marino, convirtiéndose en la primera comunidad autónoma en hacerlo.Sin embargo, no está tan claro que la responsabilidad de los fondeos en la destrucción de la posidonia balear sea tan determinante. Así lo pone de manifiesto un extenso informe de 87 páginas encargado por la Asociación Española de Grandes Yates (AEGY) y elaborado por la consultora Tecnoambiente, que identifica todos los factores que contribuyen a deteriorar el ecosistema y que fue presentado ayer en la Cámara de Comercio de Mallorca. Si bien en él se reconoce que los fondeos perjudican a la posidonia, existen otros elementos que impactan mucho más negativamente en su conservación que las embarcaciones privadas.El estudio concluye que son tres los factores que más dañan a este ecosistema marino, dos de ellos con un impacto muy superior al provocado por los fondeos, que apenas destruyen -en el peor de los escenarios posibles- un 0,0003% del total de la posidonia existente en Baleares. El primero son los vertidos de aguas residuales, que «en época estival pueden estar arrojando como mínimo unos 200 millones de litros de agua al día». Un volumen que, según el informe, «sobrepasa claramente la capacidad de depuración y afecta de modo local y general a los ecosistemas más sensibles».Y la cosa no acaba ahí. Solamente tres emisarios submarinos sobre la pradera de posidonia existente en la bahía de Palma podrían «haber afectado a un total de seis millones de metros cuadrados de superficie de fanerógamas marinas», señala el documento, corroborando punto por punto las informaciones publicadas por Gaceta Náutica sobre este asunto en los últimos meses. Una cantidad que representa un 0,64% de la posidonia total existente en las islas y que es muy superior a la que resulta afectada por los fondeos. Solo el emisario de Ciudad Jardín podría haber destruido 500 hectáreas de posidonia.El segundo elemento analizado y que según el estudio supone un peligro real para la posidonia en el litoral balear no es otro que el vertido de aguas hipersalinas. En Baleares existen seis plantas desalinizadoras que vierten más de 15 millones de metros cúbicos al año de agua hipersalina, con una concentración de sales de casi el doble que la propia del mar mediterráneo en esta zona. «En función de su sistema de vertido, puede desplazarse al fondo, impactando de forma severa sobre los ecosistemas más sensibles», añade el informe.Por último, el tercer enemigo que el estudio detecta en Baleares contra la posidonia es el fondeo de embarcaciones, aunque con efectos muy inferiores a los que suponen los otros dos y a los que el Govern le atribuye. Sin negar que «diversos estudios científicos demuestran que el fondeo sobre praderas de posidonia puede conllevar una impacto negativo sobre las mismas», el informe de la AEGY, que ha costado unos 20.000 euros, deja claro que antes de actuar sobre este tipo de embarcaciones, la prioridad debería centrarse en atajar los vertidos que día tras día se producen en el mar balear sin que se les haya puesto solución.El trabajo estima una pérdida anual de pradera de posidonia en las costas baleares, «siguiendo la hipótesis más pesimista», de 27.448 metros cuadrados, del total de 930 kilómetros cuadrados que existen actualmente en el archipiélago. Básicamente esta cifra significa que los fondeos tardarían unos 1.000 años en causar el daño que han hecho estos vertidos en la bahía de Palma en unas décadas.Además, el estudio resalta que «la posidonia posee cierta capacidad de auto recuperación a las agresiones físicas cono las de las anclas», aunque reconoce que esta facultad se «ve superada cuando el fondeo es intensivo».

Fuente: El Mundo