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UNICEF: Sin retretes, ser niño es aún más peligroso debido a la desnutrición

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ninos-sin-retretesLa falta de acceso a un retrete está poniendo en peligro a millones de los niños más pobres del mundo, dijo hoy el UNICEF, y subrayó que cada vez hay más pruebas que vinculan el saneamiento inadecuado y la desnutrición.

Alrededor de 2.400 millones de personas a nivel mundial carecen de retretes y 946 millones –aproximadamente 1 de cada 8 habitantes del mundo– defecan al aire libre. Mientras tanto, unos 159 millones de niños y niñas menores de 5 años de edad sufren retraso en el crecimiento (cortedad de talla para su edad) y otros 50 millones padecen emaciación (peso inferior con respecto a la edad).

Un informe de UNICEF, USAID y la Organización Mundial de la Salud presentado hoy, titulado Improving Nutrition Outcomes with Better Water, Sanitation and Hygiene Hygiene (Mejorar los resultados de nutrición con mejor agua, saneamiento e higiene),reúne por primera vez el resultado de años de investigación y estudios de casos que demuestran la relación entre el saneamiento y la desnutrición. Y, más importante aún, ofrece orientación para tomar medidas.

La falta de saneamiento, y especialmente la defecación al aire libre, contribuyen a la incidencia de la diarrea y a la propagación de parásitos intestinales, que a su vez causan desnutrición.

“Necesitamos adoptar soluciones concretas e innovadoras para resolver el problema del lugar donde la gente va al retrete; de lo contrario, estamos fallando a millones de nuestros niños más pobres y más vulnerables”, dijo Sanjay Wijesekera, Director de los programas mundiales de agua, saneamiento e higiene de UNICEF. “La relación demostrada con la desnutrición es un aspecto más que refuerza el grado en que nuestras medidas en materia de saneamiento tienen que estar interconectadas para lograr éxito”.

La diarrea representa el 9% de las muertes anuales de niños menores de 5 años y es esencialmente una enfermedad fecal y oral, ya que los gérmenes se ingieren debido a contacto con heces infectadas. Allí donde las tasas de utilización del retrete son bajas, las tasas de diarrea tienden a ser altas.

Los niños menores de 5 años sufren 1.700 millones de casos de diarrea por año. Los que viven en los países de bajos ingresos son los más afectados, con un promedio de tres episodios por año. La frecuencia más alta se da entre niños menores de 2 años, que son más débiles y más vulnerables. Múltiples episodios de diarrea alteran permanentemente su intestino e impiden que absorban nutrientes esenciales, poniéndoles en peligro de sufrir retraso en el crecimiento e incluso de morir.

Unos 300.000 niños menores de 5 años mueren al año –más de 800 cada día– debido a las enfermedades diarreicas vinculadas a una higiene, saneamiento y agua inadecuados. Los niños más pobres de África subsahariana y Asia meridional están particularmente en riesgo.

Los parásitos intestinales, del tipo de los áscaris, tricocéfalos y anquilostomas, se transmiten a través de la tierra contaminada en las zonas donde se practica la defecación al aire libre. El anquilostoma es una causa importante de anemia en las mujeres embarazadas, que a su vez causa que los bebés tengan bajo peso y estén desnutridos.

Algunos países han logrado progresos importantes en el acceso al saneamiento y el estado nutricional de sus niños. Muchos han utilizado con éxito el enfoque de UNICEF Saneamiento total dirigido por la comunidad, mediante el cual las poblaciones afectadas diseñan soluciones locales al problema de la defecación.

• Pakistán cumplió el Objetivo de Desarrollo del Milenio de 2015 de reducir a la mitad la proporción de personas que en 1990 no tenían acceso a un saneamiento mejorado. Usando el enfoque de saneamiento total, comunidades enteras abandonaron la práctica de la defecación al aire libre, mejorando los indicadores de salud y nutrición en su población infantil.

• Etiopía movilizó a los trabajadores de la comunidad y logró la mayor reducción a nivel mundial en la proporción de habitantes que defecan al aire libre. A pesar del crecimiento de la población, la práctica se redujo de un 92% (44 millones de personas) en 1990 a un 29% (28 millones de personas) en 2015.

• En Mali, el enfoque de saneamiento total se utiliza también en las comunidades con las tasas de desnutrición más elevadas, agravadas por la sequía en la región del Sahel. Esto trajo consigo una mejora en el acceso y el uso de letrinas, y la consiguiente mejora en la salud y la nutrición de los niños.

• Durante la emergencia vinculada al conflicto en la República Democrática del Congo , se utilizaron intervenciones integrales de nutrición y agua, saneamiento e higiene para comunidades desplazadas. Esto produjo una importante reducción de la desnutrición y de las enfermedades transmitidas por el agua entre los niños menores de 5 años. Alrededor del 60% de la población construyó letrinas y alrededor de un 90% de los niños desnutridos recuperaron su peso normal durante un período de 12 meses.

“No hay excusas para no actuar sobre el acceso a los retretes, incluso en las comunidades más pobres o durante las situaciones de emergencia”, dijo Wijesekera. “Por otra parte, hay millones de razones ─todos y cada uno de los niños que padecen retraso en el crecimiento o emaciación, o peor aún, que se enferman y mueren─ para tratar esto con la urgencia que merece”.

 

 

Fuente: www.unicef.org