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Nuevo riesgo de plaga de langosta tras las recientes lluvias torrenciales y ciclones

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cambio-climatico-langostaLas lluvias inusualmente fuertes y generalizadas caídas recientemente en el noroeste de África, el Cuerno de África y Yemen podrían favorecer la cría de langostas del desierto, según advirtió hoy la FAO, haciendo hincapié en que es necesaria una estrecha vigilancia en los próximos seis meses para evitar que los insectos formen enjambres destructivos.

La situación en los países normalmente afectados por la plaga de langosta se mantuvo en general tranquila en octubre, habiéndose detectado tan solo la cría de insectos en pequeña escala, según los expertos de la FAO que, sin embargo, advirtieron ante posibles cambios, en parte debido al impacto de El Niño en África y los ciclones tropicales Chapala y Megh en la Península Arábiga y el Cuerno de África.

"Los fenómenos meteorológicos extremos, incluyendo las lluvias torrenciales, tienen el potencial de desencadenar un aumento masivo en el número de langostas. La lluvia aporta humedad al suelo para que los insectos pongan sus huevos, que a su vez necesitan absorber agua, mientras que las lluvias permiten también que crezca la vegetación, que las langostas necesitan para obtener alimento y refugio", advirtió Keith Cressman, experto de la FAO en la prevención de la plaga de langosta

"Los efectos de una plaga de langosta –añadió- pueden ser devastadores en los cultivos y pastos y por lo tanto, poner en peligro la seguridad alimentaria y los medios de subsistencia rurales".

Tras levantar el vuelo, enjambres de decenas de millones de langostas pueden desplazarse hasta 150 kilómetros al día empujadas por el viento. Las  hembras llegan a poner 300 huevos a lo largo de su vida, mientras que un insecto adulto puede consumir más o menos su propio peso en alimentos frescos por día: alrededor de dos gramos. Un pequeño enjambre se come la misma cantidad de alimentos a diario que unas 35 000 personas.

 

El impacto de El Niño y los ciclones tropicales

La FAO ha estado monitoreando la situación en el noroeste de África, donde a finales de octubre cayeron lluvias inusualmente fuertes en un amplia área del norte de Mauritania, las áreas adyacentes del Sáhara Occidental, el sur de Marruecos y de Argelia y el suroeste de Libia.

En el Cuerno de África, se prevén lluvias superiores a la media asociados con un evento muy marcado de El Niño en el norte de Somalia durante este invierno y la próxima primavera. En ese caso, las condiciones ambientales serán favorables para la cría en la costa noroeste y la meseta somalí.

Las fuertes lluvias asociadas al ciclón tropical Chapala descargaron en zonas costeras e interiores del sur de Yemen a principios de noviembre, seguidas una semana más tarde por el ciclón tropical Megh, que también afectó al noreste de Somalia. Estas lluvias torrenciales -que superaron con creces el promedio anual de precipitaciones para todo el año- causaron inundaciones y cuantiosos daños.

En las zonas de cría de invierno de langosta en ambas orillas del Mar Rojo, las lluvias estacionales comenzaron a principios de octubre, un poco antes de lo normal. De continuar, habría tiempo suficiente para que críen dos generaciones de insectos este año en las zonas costeras de Sudán, el norte de Eritrea, sureste de Egipto, Arabia Saudita y Yemen.

 

Cambio climático y lucha contra la langosta

La prevención, principalmente a través de la alerta y reacción temprana, es clave para reducir el impacto de la langosta del desierto en las zonas agrícolas. Después de las lluvias inusualmente fuertes, es imperativo que los países realicen los estudios de campo necesarios y los mantengan en forma regular, vigilando de forma rutinaria las condiciones de cría y las infestaciones de langosta. En caso de producirse, son necesarias operaciones de control para evitar una nueva escalada en el número de langostas. Es fundamental que los resultados de las operaciones de vigilancia y control se reporten con rapidez y precisión, de manera que se pueden tomar decisiones rápidas para evitar la propagación de las langostas a otros países.

Si bien se cree que estas medidas han tenido un papel importante en la disminución de la frecuencia y duración de plagas desde la década de 1960, hoy en día el cambio climático está llevando cada vez más a fenómenos meteorológicos impredecibles y extremos y plantea nuevos retos sobre la forma de combatir a las langostas.

Mientras que el número de langostas disminuye durante las sequías, a menudo se producen brotes de langosta tras las inundaciones y los ciclones. Si no se controlan, estos brotes pueden conducir a plagas. Por su parte la temperatura determina la velocidad de desarrollo de los insectos: si son más cálidas pueden acortar los períodos de incubación y maduración y hacer que aumenten las generaciones de langostas en un año.

 

Labor de la FAO

La FAO opera un Servicio de Información sobre la langosta del desierto que recibe los datos de los países afectados por las plagas. Esta información es analizada periódicamente junto con los datos meteorológicos y del hábitat e imágenes por satélite, con el fin de evaluar la situación de la langosta, ofrecer previsiones hasta con seis semanas de antelación y en caso necesario, lanzar advertencias y alertas. La FAO ofrece también formación, realiza misiones de evaluación sobre el terreno y coordina las operaciones de vigilancia y control, así como la ayuda en situaciones de emergencia provocada por las langostas.

Fuente: www.fao.org