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Agua Investigación y agua Huella Hídrica: agua que no has de beber… has de vestir

Huella Hídrica: agua que no has de beber… has de vestir

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hasdevestirLa huella hídrica es el agua que no usamos directamente pero que se utiliza en la fabricación de productos que utilizamos a diario.

Quizá eres de esas personas conscientes que no tiene fugas de agua en casa, que cierran la llave mientras se enjabonan o que se lavan los dientes con un vaso de agua. Lo que quizá no sepas es que para producir los zapatos que calzas, se utilizaron 8 mil litros de agua y para la taza de café que tomaste en la mañana, o a medio día, otros 140 litros. Esa es la huella hídrica.

El pasado miércoles, el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés), AgroDer y la empresa SAB Miller México presentaron los resultados de un estudio que detallacuál es el impacto de la Huella Hídrica sobre México y Norteamérica o, en otras palabras, cuál es la cantidad total de agua que un mexicano utiliza en su vida cotidiana, ya sea de forma directa o a través de todos los productos y servicios que consume.

El concepto “Huella Hídrica” (HH) fue desarrollado en Holanda por la UNESCO y es un indicador para el volumen de agua utilizado en toda la cadena de elaboración de un producto. Toma en cuenta factores más allá de los que se encuentran a simple vista, por ejemplo el sitio y estacionalidad en que es utilizada -puesto que no todos los espacios geográficos tienen igual accesibilidad a agua- el agua de lluvia y el grado de contaminación del agua.

“Algo que pretende la huella hídrica es que empecemos a pensar en el agua como pensamos en las emisiones de CO2,” comentó Eugenio Barrios, director del programa de agua de WWF México y Centroamérica. “Así, como hay una huella de carbono hay una huella hídrica. Puede ser aplicado, trabajado y disminuido.”

La elaboración de un producto de consumo, sea una botella de plástico o una camisa, implica una utilización de agua mucho mayor a la que nos imaginamos. Lo que comemos en un día, la ropa que usamos, la energía que consumimos y todos los productos con los que estamos en contacto requirieron agua en distintas cantidades para su creación, producción o generación. Por esto, al comercializar productos, también estamos comercializando el agua que implicaron sus procesos productivos.

De hecho, el agua que vemos físicamente en nuestra vida diaria (aquella que vemos mientras lavamos nuestras manos, los platos, regamos el jardín o tiramos de la cadena del retrete) representa sólo el 4% del total que consumimos. El restante 96%, el que no vemos, es el agua que ha sido utilizada en el proceso de elaboración de productos y desarrollo de servicios.

Así, consumir una simple taza de café involucra mucho más que el líquido en ella. Para crecer el grano se requirió agua, lo mismo que para los procesos de secado, tostado, molido y empaquetado.

En promedio, para elaborar nuestra taza de café fueron necesarios 140 litros de agua, agua a la que se le conoce como “agua virtual”.

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¿Cómo medimos la huella hídrica?

Para fines de huella hídrica y dependiendo de su origen, el agua que se utiliza en los procesos de elaboración de productos se clasifican en tres colores:

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Para fines de huella hídrica individual, se suman todos los productos, bienes y servicios que una persona consume y utiliza.

Para fines de huella hídrica a nivel país hay tres factores que se toman en cuenta:

La forma en la que nuestra economía da un uso productivo al agua, le da forma a nuestra huella hídrica de producción. Tanto lo que se consume aquí como la que exportamos a otros países. La HH de producción de un país se obtiene de sumar el agua verde, azul y gris en todos sus procesos productivos agropecuarios, así como el agua azul y gris de los industriales y domésticos.

Por su parte, la HH de consumo de un país suma lo que produce un país para consumir, más lo que importa para consumir, menos lo que se produce para exportar.

Por otro lado, muchos de los productos que consumimos requirieron agua que no necesariamente es local, sino que proviene de muchos lugares. Por ello, la HH externa es la proporción del consumo de un país que fue producido en otro país. ¿Qué porcentaje de lo que consumimos en el país, viene de otros países??

Entonces, ¿cuál es la huella hídrica de México y la del mexicano?

Producción

México es el undécimo país con mayor HH de producción en el mundo (148, 527 metros cúbicos). La producción agrícola es el componente mayoritario, seguido del sector pecuario (pastoreo y producción), que juntos representan el 91%. Los consumos doméstico e industrial son responsables del 9% de la HH restante, en su mayoría agua gris.

La mayor parte de la HH verde de México está asociada a la actividad agrícola (76%), por ello, cuando hay sequía nos pega muy fuerte.

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Consumo

La HH de consumo en México es la octava mayor en el mundo, principalmente debido al tamaño de la población (11º país más poblado). Del total del consumo, únicamente 2.7% es industrial y 5.3% es doméstico.

El 42% de la huella hídrica de consumo mexicano es externa y proviene de tres países: Canadá, EU y China.

El 58% de la HH de consumo es interna. México importa casi la mitad de su comida, lo que se refleja en la HH externa de productos agropecuarios.

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Huella Hídrica per cápita o por mexicano

La huella hídrica per cápita mundial, es decir el agua que consume en promedio una persona en cualquier lugar del mundo al año, es de mil 385 metros cúbicos. Los mexicanos superamos el promedio mundial, consumiendo en promedio mil 978 m3 al año.

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El Caso Huatulco

Uno de casos evaluados dentro del estudio fue el de la cuenca Copalita-Zimatán-Huatulco.

La cuenca tiene 90 mil habitantes y casi el 80% de ellos viven en la montaña, donde se dedican al cultivo de café, maíz y frijol. La población restante (aproximadamente 19 mil) habitan en la zona del Centro Integralmente Planeado de Huatulco, el destino turístico que ha triplicado su tamaño en las últimas dos décadas.

Actualmente Huatulco cuenta con 119 hoteles y en ellos, hay disponibles 3 mil 600 habitaciones. Fonatur estima que si a los turistas los consideráramos habitantes locales, cada día tendríamos 3 mil 500 habitantes más.

Y la huella hídrica de estos 3 mil 500 visitantes diarios es prácticamente igual a la del consumo doméstico de los habitantes locales.

El crecimiento programado del CIP (16 mil cuartos para 2025, más infraestructura de todo tipo) permanece como una fuerte presión al recurso hídrico: si la presencia de turistas crece 800%, su HH crecerá proporcionalmente con ello. Esto significa que este sector tendrá un mayor consumo de agua que la población local (crecerá en 22% para 2025).

Si no se toma en cuenta la HH al planear este tipo de crecimientos, no habrá forma de garantizar un equitativo acceso al recurso en el futuro, entre la población residente y a quien se le está prestando un servicio.

“La huella hídrica pretende proporcionarnos una visión más allá de los problemas del agua, para empezar a abordar mejores soluciones. Cuidar el agua desde nuestras casas está bien, pero también debemos comenzar a tomar en cuenta y exigir que el agua sea mejor aprovechada, insertar conceptos como el de Huella Hídrica en la planeación de las políticas.”, recalcó Eugenio Barrios al finalizar el evento.

 

Fuente: animalpolitico.com

 

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