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Un proyecto pionero de restauración forestal con árboles autóctonos en Madrid

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La ONU conmemora en 2011 el Año Internacional de los Bosques, y algunos han decidido celebrarlo sembrando árboles. Es lo que vienen haciendo desde 2008 la organización ecologista WWF y Toyota España, que participan en un proyecto de mejora de los hábitats de la Sierra del Rincón, al noroeste de la Comunidad de Madrid, un territorio de 15.000 hectáreas, declarado como Reserva de la Biosfera y perteneciente a cinco municipios muy afectados por la despoblación rural.

Esta semana se acaba de inaugurar oficialmente el vivero de producción de planta autóctona construido por la organización ambiental en Montejo de la Sierra (Madrid) con la cooperación del Ayuntamiento y se han presentado los trabajos de restauración llevados a cabo en los últimos cuatro años.

Se han sembrado unos 8.000 árboles y arbustos de unas 20 especies autóctonas a lo largo de unas 13 hectáreas. La idea era demostrar el tipo de mejoras que podían llevarse a cabo en los montes de la Sierra del Rincón, que están marcados por una larga historia de usos y abandono de actividades. La zona es rica en recursos forestales, con amplias áreas de robledal natural, pinares de repoblación y algunos bosquetes de hayas que son una joya botánica por encontrarse casi al límite sur de su distribución en Europa.

Sin embargo, como explica Lourdes Hernández, la técnico de WWF responsable del proyecto sobre el terreno, algunos de esos bosques están envejecidos y carecen de regeneración debido a la ancestral presión ganadera; otros, por el contrario, como los pinares jóvenes sembrados por la Administración pública hace décadas, han carecido de manejo alguno y crecen demasiado densos y uniformes. Esos pinares masificados arden con más facilidad y albergan menos variedad de fauna y flora al ser tan homogéneos. Por último, hay otras áreas cubiertas por matorral, que ha rellenado el terreno de antiguos bosques que ardieron. Por otra parte, algunas especies de árboles como el abedul, el tejo, el haya, el arce de Montpellier o el serbal que tienen valor geobotánico y estético pero nunca forman grandes masas sino que crecen de forma aislada, han ido desapareciendo del paisaje.

Jardineros de ecosistemas

Reconstituir el paisaje de estos montes con el mimo de un jardinero y la visión de un restaurador de ecosistemas es lo que han hecho WWF y sus colaboradores de Toyota. Los sembradores han sido cientos de voluntarios, entre los que se encuentran empleados de Toyota España y clientes de Toyota Prius que desde 2008 han acudido como voluntarios a cavar agujeros y colocar plantones.

La empresa automovilística también ha suministrado los 180.000 euros destinados al proyecto. Y WWF ha puesto el conocimiento técnico, tratando de darle más valor a esos bosques al introducir más variedad de especies. Los cuatro años de trabajo han servido para mejorar el avance de la sucesión natural de la vegetación, asegurar la conectividad entre hábitats y potenciar la biodiversidad, dicen los técnicos de WWF.

Como explica Enrique Segovia, Director de Conservación de WWF, ahora esos montes son más variados y ricos y han ganado en capacidad de resistencia a los cambios, algunos de los cuales están ya en marcha, como los producidos por el cambio climático que traerá más olas de calor y sequías, lluvias extremas y plagas forestales.

El portavoz ecologista lanza una idea atrevida: "Hablamos siempre de proteger los bosques. Esa es la idea que le queda siempre a la gente: proteger. Pero no basta con eso. De hecho, hay muchos bosques que ya están protegidos, o lo están teóricamente sobre el papel. Y en realidad lo que hace falta ahora es ir un paso adelante. Hay que restaurar los bosques. Hay que mejorarlos ambientalmente y trabajar sobre ellos, porque hay todo tipo de situaciones diferentes en nuestros montes y muchos de ellos necesitan que el hombre los maneje con criterio ambiental porque sin una gestión adecuada no mejoran, sino que se degradan".

Los montes están abandonados

Segovia no tiene reparos en romper ciertos tópicos y defiende que muchos montes deberían ser explotados y convertirse en motor económico y de empleo. "Un país como el nuestro no se puede permitir tener abandonado el 50% de su territorio, que son los terrenos forestales, y a los que sólo se dedica el 0,01 del PIB. Dejar los montes a su suerte no los mejora".

El técnico explica que muchos montes que han llegado a nuestros días por toda España no parten de un estado ideal sino que provienen de fases de recuperación de un estado alterado. Algunos son árboles que empiezan a colonizar terrenos agrícolas o ganaderos abandonados desde hace décadas; otros son repoblaciones olvidadas o son el fruto del paisaje tras los incendios. En todo caso, muchos necesitan la mano del hombre para darles más calidad.

Por su parte, el presidente de Toyota España, Katsuhito Ohno, que ha participado todos los años en las jornadas de repoblación, se siente contento del resultado obtenido y liga esta iniciativa ambiental con la filosofía de su compañía de producir vehículos, como el Prius, que tienen la menor tada de emisiones de gases de efecto invernadero del sector: "Queríamos participar en un proyecto de restauración forestal de la mano de profesionales que aportaran la experiencia y la visión a largo plazo indispensables. Esta visión a largo plazo está en línea con nuestra filosofía de actuación. Trabajamos con un enfoque integrado y con el objetivo de reducir el consumo de energía y las emisiones en todas las áreas que abarca nuestro negocio".

Enrique Segovia concluye: "La implicación de empresas líder en proyectos de conservación de la naturaleza es fundamental porque sirven de ejemplo para que otras muchas entidades asuman su compromiso para detener la creciente degradación ambiental e impulsen políticas de responsabilidad social corporativa".

Fuente: El Mundo.es